
Los pasajeros estaban indignados tanto con la compañía como con el trato de los pilotos. Subieron al avión con más de dos horas de retraso y cuando llegaban a la altura de Lisboa una avería les obligaba a regresar a Madrid. A partir de aquí, soportaron 45 minutos en el aire dando vueltas mientras el aparato no paraba de tirar combustible. Una vez en tierra, las explicaciones del comandante no eran suficientes. Querían un nuevo vuelo para todos, inmediato y con garantías de seguridad. Tardarán tiempo en olvidar el susto."Cincuenta minutos tirando combustible, dando vueltas y encima con movimientos", asegura uno de los pasajeros.

Los pasajeros, finalmente, están ya en su destino. Tras descansar unas horas en un Hotel dispuesto por la compañía aérea, embarcaron esta madrugada, rumbo a la capital costarricense.
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